José Carlos Bouso
¿Está la comunidad ayahuasquera preparada para afrontar la situación estresante derivada de la crisis COVID-19? José Carlos Bouso, director científico de ICEERS, reflexiona sobre el asunto a través de un estudio realizado sobre ayahuasca y salud pública.
En el número especial por su 50 aniversario de la revista Journal of Psychoactive Drugs, titulado «Psychedelic Research Today», editado por MAPS, el Área de Investigación e Innovación de ICEERS publicó el primer estudio que evalúa los efectos de la participación regular en ceremonias de ayahuasca utilizando indicadores de salud pública.
La lógica que subyacía a ese estudio era simple: las legislaciones internacionales y nacionales se preocupan por la utilización de estas plantas porque pueden suponer un riesgo para la salud pública, pero nunca se han realizado estudios utilizando indicadores de salud pública para evaluar dicho riesgo. En las encuestas nacionales de salud se pregunta sólo sobre uso de alcohol y tabaco, ni siquiera sobre uso de cannabis, que es la tercera droga más consumida en el ámbito mundial, después del alcohol y el tabaco, y la primera de las ilegales.
Y, en las encuestas nacionales sobre prevalencia de consumo de drogas, apenas se hacen preguntas sobre estado de salud, sino sobre eventuales conductas de abuso. Por ello, lo que hicimos fue aplicar indicadores comúnmente utilizados en las encuestas nacionales de salud para evaluar el impacto sobre la salud pública de la participación regular en ceremonias de ayahuasca.
Ayahuasca y salud pública en la era post-COVID-19
¿Cómo cambiará el mundo la crisis del COVID-19? En el estudio que publicamos el año pasado sobre el impacto sobre la salud pública de la participación regular en ceremonias de ayahuasca, los resultados que más fueron reseñados en nuestras comunicaciones, así como en otros medios que lo divulgaron, hacían referencia a factores específicos de salud y estilo de vida, como salud percibida, índice de masa corporal, prevalencia de colesterol o de hipertensión, calidad del sueño, reducción en el uso de medicamentos de prescripción, dieta alimenticia, ejercicio físico o salud mental. Éstos son los indicadores que más suelen interesar a la hora de evaluar la salud de una población.
Pero en ese estudio, en el que se entrevistó cara a cara a 380 participantes regulares en ceremonias de ayahuasca, aparte de incluir los indicadores anteriores, también se incluyeron otras preguntas que, aunque han llamado menos la atención en las comunicaciones públicas, en estos tiempos de crisis como consecuencia de la pandemia del COVID-19, resultan de suma importancia para prever cómo la comunidad ayahuasquera va a responder a la situación de estrés que está conllevando dicha crisis.
Concretamente, se seleccionaron ítems de cuestionarios que miden ajuste psicosocial, estrategias de afrontamiento del estrés e indicadores de apoyo social percibido, como el número de familiares y amigos cercanos, la presencia de alguien con quien ir al médico en caso de necesidad, la presencia de personas que expresan afecto al individuo, la posibilidad de compartir sentimientos de alegría o tristeza con un amigo, y la posibilidad de tener con quien compartir miedos y preocupaciones privadas. Estos resultados se compararon con los valores encontrados en la población general. El ajuste psicosocial, las estrategias de afrontamiento y el apoyo social percibido constituyen factores clave a la hora de adaptarse funcionalmente a circunstancias de estrés extremo, como la situación por la que está atravesando actualmente el mundo, con una buena parte de la población confinada en sus casas, en aislamiento muchas veces completo y ante la amenaza de una enfermedad de causa invisible y de pronóstico incierto.
En nuestro estudio encontramos resultados interesantes. Con relación al ajuste, siendo 5 el nivel máximo de ajuste, la media del grupo fue de 3,4: el 9,4% de la muestra puntuó 5, el 33,3% puntuó 4 y el 52,1% puntuó 3. Solo el 5,2% de los encuestados puntuó 1 o 2, lo que puede interpretarse como un ajuste general deficiente.
Con relación a las estrategias de afrontamiento del estrés, cuya puntuación máxima era de 14, la media obtenida fue 9,3: el 1,1% obtuvo 5 o menos, el 53% obtuvo una puntuación de entre 6 y 9, y el 45% obtuvo 10 o más.
Apoyo social
Por último, con relación al apoyo social percibido, el 39,4% informó tener de cuatro a seis amigos cercanos o familiares, el 24% informó tener de uno a tres y el 22% informó tener 10 o más. Solo el 2% de la muestra informó que no tenía amigos cercanos o familiares. La mayoría de la muestra (96,3%) tenía a alguien que acudía al médico con ellos. La mayoría de la muestra (97%) tenía a alguien que les expresaba afecto. La mayoría de la muestra (96,8%) también tenía a alguien con quien compartir sus sentimientos de alegría o tristeza. Además, el 96,6% de la muestra tenía a alguien con quien compartir sus miedos y preocupaciones privadas.
En el artículo que finalmente salió publicado de este estudio no concluíamos que los resultados encontrados se debían al uso de ayahuasca, entre otras razones, porque ninguno de los modelos estadísticos que realizamos relacionaba con la suficiente fortaleza el uso de ayahuasca con alguna de las variables estudiadas. Desde un punto de vista sensato, además, en la vida de las personas ocurren muchas más cosas que el simple hecho de tomar ayahuasca, y esas cosas pueden resultar igual de importantes o más que la propia ayahuasca para explicar el buen estado de salud general de la muestra.
Nuestra conclusión era que la ayahuasca suponía posiblemente una estrategia más de autocuidado que practicaban nuestros sujetos, al igual que llevar un estilo de vida saludable, practicar en algunos casos yoga o meditación o acudir al trabajo en bicicleta, por poner algunos ejemplos simples. Nuestra conclusión aseveraba que la ayahuasca no producía problemas de salud pública y que por ello su práctica podría instalarse en el mundo contemporáneo sin mayores problemas de salud pública y como una herramienta más de autocuidado. Ni que decir tiene que la perspectiva de ICEERS también incluiría la necesidad de respetar e incluir a los pueblos indígenas en los diálogos sobre su implementación.
Ayahuasca y COVID-19
Nuestros datos provienen de población española, que no necesariamente pueden ser directamente extrapolables a otros contextos culturales. Sin embargo, en el contexto de esta crisis global provocada por el virus COVID-19, los resultados de nuestro estudio con relación al ajuste psicosocial, las estrategias de afrontamiento del estrés y el apoyo social percibido nos hacen mostrarnos optimistas sobre la fortaleza de nuestra comunidad en el afrontamiento funcional de esta terrible crisis de salud que está amenazando al mundo y tener más confianza aún en que saldrá fortalecida. Desde luego, no parece que carezca de recursos para ello. Una ceremonia de ayahuasca, como se refieren a ella los daimistas, es un trabajo. Un trabajo en el que se requiere fortaleza y firmeza para atravesarlo trayéndose de allí conocimiento. Sin duda, un trabajo que sirve de aprendizaje cuando en la vida cotidiana se presentan situaciones desafiantes. Buena suerte.
José Carlos Bouso, PhD.
ICEERS – Scientific Director
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