Prácticas curativas tradicionales con plantas psicoactivas y la agenda global de salud mental: oportunidades, escollos y desafíos en el marco del «derecho a la ciencia»
Autores:
José Carlos Bouso y Constanza Sánchez Avilés.
Revista científica:
Health and Human Rights Journal
Año:
2020
Sobre el estudio
Basado en los principios de respeto a los derechos humanos y a los tratamientos basados en la evidencia, el cada vez más importante movimiento de la salud mental global que impulsa la agenda liderada por las Naciones Unidas ha marginado, sin embargo, el reconocimiento de las medicinas y curanderos tradicionales, que permanecen en un lugar secundario en comparación con el papel otorgado a la psiquiatría occidental.
En consecuencia, el derecho a disfrutar del más alto nivel posible de salud física y mental y el derecho a disfrutar de los beneficios del progreso científico y sus aplicaciones requiere un enfoque de la salud que valore la medicina tradicional y la atención sanitaria.
«Paradójicamente, los curanderos tradicionales son más numerosos en la mayor parte del Sur Global que los trabajadores de la salud mental, y constituyen el principal recurso sanitario que las poblaciones locales utilizan y en el que creen», dicen los autores. Además, añaden que «escasean los documentos institucionales y las propuestas internacionales de salud mental que contemplen la inversión en prácticas médicas tradicionales y en investigación».
«En el mundo globalizado de hoy, coexisten y viajan por distintos territorios y países una gran diversidad de personas de muy diversos orígenes genéticos y culturales. Los curanderos tradicionales realizan ceremonias en los países occidentales, y los occidentales viajan a los territorios indígenas en busca de tratamientos tradicionales. Así, coexisten diferentes sistemas médicos, respaldados por sus respectivas epistemologías. Si las prácticas tradicionales y las epistemologías no se abordan adecuadamente dentro del movimiento de la GMH y de los Planes de Acción de Salud Mental de la OMS, esto puede suponer un reto para los derechos humanos relacionados con la salud».
Por último, las prácticas tradicionales proporcionan una visión más holística en la que el entorno en el que se desarrollan los trastornos mentales es de gran importancia. El derecho a compartir este valioso conocimiento está supuestamente preservado tanto en las Directrices Internacionales sobre Derechos Humanos y Control de Drogas, como en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, pero su aplicación sigue suponiendo un reto para la comunidad científica y médica de Occidente.
«Por lo tanto, la agenda de Salud Mental Global debería empezar a reconocer el inmenso valor de las medicinas tradicionales basadas en plantas psicoactivas, la literatura etnográfica debería ser utilizada como una fuente legítima de evidencia en cuanto a seguridad y eficacia, y los presupuestos de investigación deberían ser asignados para enfoques multidisciplinarios para estudiar las medicinas tradicionales no institucionalizadas, como los sistemas de curación con ayahuasca».
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Estudios y publicaciones
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