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    San Pedro: información básica

    ICEERS image12m - 20.09.2019

    Información básica

    El Echinopsis pachanoi es un cactus nativo de América del Sur con una tradición de más de 3.000 años de uso religioso y medicinal. De entre los distintos alcaloides que contiene, la mescalina (el mismo alcaloide que contiene el peyote) es el responsable de los efectos psicoactivos.

    El San Pedro es un cactus columnar utilizado tradicionalmente con finalidades médicas y religiosas en algunas zonas de América del Sur. Con este nombre se conocen distintas especies de cactus pertenecientes al género botánico Echinopsis (antes llamado Trichocereus), principalmente el Echinopsis pachanoi y el Echinopsis peruviana, aunque existen otras variedades como el E. puquiensis, E. santaensis, E. schoenii.

    El San Pedro contiene distintos alcaloides, entre ellos la mescalina, una sustancia de efectos psicoactivos.

    En las culturas tradicionales se le conoce con distintos nombres, como huachuma, achuma, wachuma o aguacolla.

    Origen/Historia

    Las evidencias más tempranas del uso de San Pedro se encuentran en Perú, en la cueva de Guitarrero, en el valle del Callejón de Huaylas. En estos enclaves se encontraron restos fósiles del cactus que datan de entre los años 6800-6200 antes de nuestra era, y se encuentra presencia de muestras pertenecientes a distintas épocas. Por ello, el uso de E. pachanoi es de los más antiguos de entre las distintas plantas psicoactivas ancestrales.

    En el complejo de Chavín de Huantar se han encontrado también representaciones del cactus de San Pedro grabado en piedra, textiles y cerámicas, cosa que hace pensar en que su uso ya se conocía y practicaba en aquel entonces. Estos objetos datan del año 1300 antes de nuestra era. También se han encontrado cerámicas con representaciones del cactus y evidencias arqueológicas del uso de San Pedro en las culturas Nazca, Cupisnique (1500 a.C) Chimú, Lambayeque (750-1350 d.C) y Moche (100-750 d.C), además de la Chavín. Se ha sugerido que entre los años 200 a.C y 600 d.C el E. pachanoi ya estaba domesticado y se cultivaba en las costas de Perú.

    La continuidad del uso del San Pedro hasta la época colonial española puede deducirse a partir de los escritos de los colonizadores en los que describen los efectos que el San Pedro tenía al ser ingerido por los nativos, y de las evidencias arqueológicas encontradas. Los colonizadores y la iglesia católica lucharon contra el uso religioso del E. pachanoi de la misma forma que contra el uso de los hongos o del peyote.

    Posteriormente, el cristianismo influyó en las prácticas rituales indígenas y el E. pachanoi empezó a denominarse San Pedro, y a ser utilizado de una forma sincrética, en la que se mezclan elementos tradicionales con aspectos cristianos.

    Por tanto, encontramos que el culto del San Pedro ha existido durante más de 3000 años, y quizás hasta unos 8000.

    Uso tradicional en la actualidad

    En la medicina andina, el San Pedro sigue siendo utilizado por parte de distintos grupos étnicos en Perú y Ecuador, como por ejemplo los Saraguro, un grupo perteneciente a los Kichwa en Ecuador. Los miembros de la comunidad que saben utilizar las plantas medicinales y alucinógenas son conocidos como Yachakkuna, y el sistema médico de estas comunidades es una mezcla entre el conocimiento indígena ancestral y los métodos médicos modernos. El San Pedro forma parte de las herramientas terapéuticas disponibles, aunque se utilizan muchas otras plantas y técnicas. El San Pedro se entiende como un protector de la familia, el matrimonio y la convivencia pacífica entre familiares, y por ello suele cultivarse cerca de las casas.

    El uso principal del San Pedro se hace por motivos diagnósticos; el curandero ingiere el San Pedro para poder ver la naturaleza de la enfermedad del paciente. Otros usos incluyen la limpieza del organismo mediante la purga, ya que la ingesta de la cocción de San Pedro puede producir vómitos y diarrea, y también como antinflamatorio en forma de cataplasma.

    El ritual del San Pedro se conoce como «mesa», y se hace con el propósito de curar a alguien enfermo para quien el tratamiento habitual no ha funcionado, también para obtener dinero, recuperar el amor de alguien o para encontrar objetos o animales extraviados. Una «mesa» consiste en un conjunto de objetos que el curandero ha recogido a lo largo del tiempo y que pueden incluir espadas o machetes, bastones, piedras, conchas, la preparación de San Pedro, azúcar, tabaco, aguardiente, velas y otros elementos. Estos objetos confieren poder al curandero.

    Composición química y dosificación

    El cactus de San Pedro contiene como principal alcaloide la mescalina, y se han detectado otros como la hordenina, lophophina, DMPEA (3,4-dimetoxifenetilamina) y lobivina.

    La mescalina se concentra principalmente en la piel verde de la parte externa del cactus (llamada clorénquima), y la concentración de este alcaloide puede variar mucho dependiendo de la especie y el ejemplar. Algunos análisis han encontrado concentraciones que van des del 0,053% hasta el 4,7% del peso total del cactus. Por ello la cantidad necesaria de San Pedro para inducir efectos psicoactivos puede variar mucho.

    En el pasado se creía que el E. peruvianus era mucho más potente que el E. pachanoi. Sin embargo, teniendo en cuenta análisis más recientes y una revisión amplia de los distintos estudios, no se encuentra esta diferencia, y parece que la concentración de mescalina en ambas especies es muy similar.

    Dosis de mescalina:

    La dosis activa de hidrocloruro de mescalina por vía oral se encuentra entre los 150 y los 700 miligramos. Las dosis habituales de mescalina se han calculado sobre los 3,75 mg/kg de peso.

    • Dosis umbral: 100 mg
    • Dosis baja: 100 – 200 mg
    • Dosis media: 200 – 300 mg
    • Dosis alta: 300 – 500 mg

    Algunos análisis de preparaciones tradicionales han encontrado dosis que van de los 34 mg a los 159 mg de alcaloides totales, es decir, una cantidad relativamente baja y apenas psicoactiva. Parece que los pacientes que reciben tratamientos tradicionales con el San Pedro, ingieren dosis sub-psicoactivas y no experimentan efectos psicodélicos.

    Efectos

    Los efectos del E. pachanoi se deben principalmente a los alcaloides que contiene, en particular la mescalina. El contenido en alcaloides es similar al del peyote, y por tanto los efectos subjetivos son similares también.

    Las preparaciones de San Pedro suelen tener un gusto amargo y desagradable, así que no es raro que se produzcan náuseas y vómitos después de su ingesta, aunque la mescalina por sí misma puede provocar ya algunos de estos efectos.

    Los efectos psicológicos del San Pedro habitualmente se describen como similares a los del peyote y la mescalina, aunque las dosis utilizadas tradicionalmente no parecen ser lo suficientemente altas como para producir una experiencia completa. Sin embargo, los grupos neo-chamánicos utilizan dosis de San Pedro mayores, por lo que los efectos que se producen son similares a los que producen los «psicodélicos clásicos» como la LSD y la psilocibina. Estos incluyen:

    • Visiones con los ojos abiertos y cerrados.
    • Cambio profundo en la cognición, la percepción y la consciencia.
    • Experiencias psicológicas de insight.
    • Experiencias espirituales.
    • Cambios en la percepción del tiempo y el espacio.

    Pueden darse experiencias difíciles, con ansiedad y angustia en ocasiones, aunque parecen ser menos frecuentes que con otras plantas y sustancias.

    La mescalina tiene un ligero efecto estimulante, aunque algunos reportes tradicionales hablan de un estado inicial de letargia tras la ingestión del San Pedro.

    Estatus legal

    El alcaloide psicoactivo del San Pedro, la mescalina, es una sustancia controlada por el Convenio de 1971 de Viena y se encuentra incluida en la Lista I. Por tanto se considera una sustancia cuyo uso, venta y fabricación están prohibidos. Sin embargo, el cactus de San Pedro no está incluido en las listas de los convenios, y su regulación depende de la legislación de cada país.

    Así, en Canadá la mescalina está en la Lista III, y el peyote (otro cactus que contiene mescalina) está explícitamente exento de regulación si no está preparado para su ingestión,  mientras que en Suiza el San Pedro se considera ilegal. Otros países, como España, no hacen mención al peyote en las listas de plantas controladas, aunque eso no implica que la venta de peyote no pueda ser considerada un acto ilícito.

    En la mayoría de los países no se persigue el cultivo de cactus de San Pedro, aunque las preparaciones, cocciones o extracciones destinadas al consumo humano pueden serlo. 

    Por ejemplo en España, al contener el San Pedro mescalina, existe una gran confusión sobre su estatus legal. En sentido estricto, y como ya hemos visto en otros casos judiciales, la mescalina vegetal no es una sustancia controlada a nivel nacional ni internacional. Sin embargo, esto no significa que esté exenta de ser incautada y analizada por las autoridades aduaneras o aeroportuarias y que puedan iniciar una investigación por su uso o importación como ya hemos visto en España. Aunque no hay seguridad jurídica sobre su legalidad, hemos visto en sentencias anteriores a jueces que consideran que no es una sustancia ilegal.

    Prevalencia de uso

    La mescalina es un alcaloide relativamente conocido desde la década de los años 50 del siglo pasado. Aun así, el consumo de mescalina ha sido siempre minoritario, y los cactus que la contienen son plantas de uso muy minoritario con relación a otras plantas psicoactivas de uso tradicional. La síntesis de mescalina, o su extracción, es más cara y complicada, y menos eficiente en términos económicos que la de otras sustancias, así que en el mercado negro no ha habido habitualmente oferta de mescalina, aunque algunas sustancias como la LSD hayan sido vendidas como tal.

    A diferencia del peyote, el crecimiento del San Pedro es rápido, por lo que no es una especie en peligro y el autocultivo resulta mucho más fácil. Aun así, el uso de San Pedro es muy bajo en comparación a otras plantas.

    En la encuesta Global Drug Survey de 2017 la mescalina no aparece entre las sustancias publicadas en el informe. En la encuesta realizada para el proyecto Psycheplants 2018, de un total de 593 personas usuarias de plantas psicoactivas, 148 contestaron haber utilizado el San Pedro, es decir alrededor de un 25%. Este porcentaje es superior a plantas menos habituales como el khat, el kratom, la Argireya nervosa, las daturas y el Bufo alvarius, la iboga y el peyote, e inferior a la ayahuasca, los hongos psilocibes y la Salvia divinorum.

    Salud y reducción de riesgos

    Los aspectos de salud y reducción de riesgos que hay que tener en cuenta a la hora de utilizar el San Pedro son equivalentes a los que hay que tener en cuenta al utilizar el peyote y, en cierta medida, cualquier otro psicodélico clásico, como la LSD y los hongos psilocibes.

    Salud física
    Debido a la posibilidad de que se produzcan experiencias intensas que generen ansiedad, las personas con historial de enfermedades cardiovasculares, en particular aquellas que están tomando medicación para controlar estas patologías y que tienen la actividad física reducida por indicación médica, deberían abstenerse de utilizar el San Pedro.

    El San Pedro tiene efectos ligeramente estimulantes, por lo que no debería ser combinado con otras sustancias estimulantes.

    Salud psicológica
    Como con cualquier sustancia psicodélica, resulta extremadamente importante tener en cuenta tres factores a la hora de reducir los riesgos asociados a su uso: la dosis, el set (estado mental previo) y el setting (el contexto en el que se utiliza).

    En cuanto a la dosis, es importante saber que los efectos de la mescalina y el San Pedro pueden tardar hasta dos horas en aparecer, por lo que se podría caer en el error de creer que la dosis era insuficiente, redosificarse y tomar una dosis demasiado alta. Es importante calcular la dosis de antemano y esperar un tiempo prudencial suficiente antes de decidir aumentar la dosis.

    Como con cualquier psicodélico clásico, los efectos de la mescalina y el San Pedro dependen en gran medida del estado mental de la persona que lo toma. Algunos investigadores han llamado a los psicodélicos «amplificadores inespecíficos de la consciencia», por lo que sus efectos pueden ser muy variables de persona a persona, como en distintas ocasiones. Por ello hay que ser prudente a la hora de usar el San Pedro en situaciones de estrés, depresión, preocupaciones o dificultades vitales. Además, los efectos dependen también del contexto en el que estas sustancias se utilizan, así como de la compañía y el entorno físico. Por ello, resulta importante planificar adecuadamente la forma en la que se va a utilizar el San Pedro.

    Personas con antecedentes de condiciones psiquiátricas como trastornos psicóticos, trastorno bipolar, ideas de suicidio y otros deberían abstenerse de utilizar la mescalina si no es en un contexto clínico, pues existe el riesgo de un aumento de los síntomas y de una descompensación.

    Como con cualquier sustancia psicodélica, durante la experiencia con San Pedro pueden emerger contenidos inconscientes. Estas experiencias pueden resultar emocionalmente intensas y en ocasiones implicar sensaciones de miedo, angustia y dificultad, de la misma forma que pueden provocar experiencias de gozo y éxtasis. Por ello, suele recomendarse tener una actitud abierta y de aceptación hacia el contenido de la experiencia.

    Formas de uso

    El San Pedro se usa en distintos contextos actualmente. Desde los contextos más tradicionales, en las mesas de San Pedro en Perú y Ecuador, hasta los contextos neochamánicos occidentales.

    Existen distintas formas de preparación del San Pedro en función de los usos que se le van a dar y de la tradición que lo utilice. En las culturas tradicionales se han utilizados distintas formas de administración, desde cocciones que son ingeridas y que generalmente contienen dosis bajas de mescalina, cataplasmas para tratar afecciones dermatológicas, inflamación y dolores, y hasta polvo de San Pedro mezclado con otras plantas como el tabaco, para su uso intranasal.

    Las cocciones suelen utilizar o bien todo el cactus troceado, o bien partes de él. También puede ingerirse el polvo de la piel verde externa del cactus, que es donde se concentra la mayoría de la mescalina.

    En contextos psiconáuticos se han utilizado extracciones de la corteza pulverizada para reducir la cantidad de material vegetal que tiene que consumirse.

    Categories: PsychePlants , Otros , San Pedro
    Tags: medicina tradicional , plantas psicoactivas , información , San Pedro , mescalina

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