Ayahuasca, espiritualidad y vida comunitaria
Alex Polari, un líder respetado del Santo Daime, comenzó su charla en la World Ayahuasca Conference 2019 comentando la importancia del evento en relación con el estudio de la conciencia y el espíritu humano.
Hay un pasaje en el Evangelio de Juan en la Biblia que dice: «Bienaventurados los que no han visto y han creído». Según Polari, esta enseñanza habla de la importancia de la fe para los primeros cristianos, especialmente mientras sufrían persecuciones. Hoy, gracias a investigaciones y conferencias como AYA2019, tenemos la suerte de ver lo que muchas generaciones que nos precedieron sostuvieron sólo a través de la fe. Ahora tenemos pruebas, dijo, y no tenemos que tener una fe ciega, el tipo de fe que puede alimentar el odio y el fundamentalismo.
«¿A quién no le gustaría ver de manera clara y nítida, y también sentir las verdades que siempre creyó y conoció intuitivamente?», se preguntaba. Esto es posible con la ayahuasca, la bebida sagrada que guarda tantos secretos. A lo largo de los siglos, este brebaje ha abierto las puertas de nuestra percepción, permitiéndonos comprender los misterios de la creación del universo, la naturaleza y la vida.
Según Polari, para reconocer el misterio, no es suficiente con expandir nuestra conciencia, también necesitamos expandir nuestros corazones. Necesitamos propulsar los límites de nuestra psique, yendo más allá del nivel puramente psicológico de la llamada espiritualidad.
Mística y espiritualidad de la ayahuasca
Es la transferencia cuántica entre micro y macro, el todo y la parte, lo que también podríamos llamar una experiencia mística legítima. «Esta experiencia sagrada que obtenemos de la ayahuasca no se limita a un cierto credo o ritual religioso», dijo Polari.
Durante los últimos 40 años de trabajo con esta planta en la tradición religiosa cristiana del Santo Daime, Polari ha tenido la oportunidad de ver muchas cosas y conocer a muchas personas interesantes de otros sistemas de creencias que, a través de la ayahuasca, pudieron conectarse con su fe original. En su perspectiva, ésta es la razón por la cual la ayahuasca ha sido considerada sagrada y santa en nuestra cultura occidental desde el siglo XIX y lo que ha motivado la investigación que se ha realizado desde entonces. La ayahuasca es un instrumento de cultura.
Durante siglos, este valioso patrimonio estuvo en manos de los pueblos de la Amazonía, que lo protegieron en tiempos de genocidio cultural y sufrimiento.
Polari aludió a un himno del Santo Daime para ilustrar un punto clave: «No hay nada cubierto que no pueda ser descubierto». Es por esto que se descubrió la ayahuasca, la combinación de dos plantas. La ayahuasca es capaz de muchas cosas: eleva nuestras mentes, cura nuestro trauma, aumenta nuestro amor por nosotros mismos y los demás, y aumenta nuestra capacidad de perdonar.
Según Polari, el regalo que brinda la ayahuasca es el de una mayor conexión con nuestra conciencia, sin la cual sería imposible encontrar una salida a nuestra crisis planetaria actual. Esta crisis, que pone en peligro nuestra biosfera y la humanidad, está ocurriendo a nivel de la conciencia. La ayahuasca proporciona un camino de transformación y no podemos esperar mucho para salvar el mundo, dijo Polari.
Espiritualidad y comunidad
Entonces, Polari abordó el tema de la espiritualidad y la comunidad, rindiendo homenaje a los pueblos indígenas de la Amazonía y a los maestros del Santo Daime, como el Mestre Irineu, quien unió la sabiduría de la ayahuasca y una nueva forma de cristianismo en la selva, o el Padrinho Sebastião Mota de Melo, el fundador de ICEFLU, quien trajo esta doctrina al mundo.
Para el Padrinho Sebastião, la comunidad era un laboratorio donde se podían compartir reflexiones e ideas sobre la vida, lo que apoyaba el trabajo interno de cada individuo y, por lo tanto, beneficiaba a todos. Instituciones como el Santo Daime, dijo Polari, pueden ser parte de la curación del planeta. Por lo tanto, es importante que el uso de la ayahuasca sea sagrado, dentro o fuera de los movimientos religiosos, para lograr una mejora espiritual y el desarrollo del planeta.
Según la experiencia de la ayahuasca, para Polari, no deberíamos ser sólo espectadores, sino convertirnos en el centro de las revelaciones, ya que únicamente mediante la transformación de nuestro comportamiento podemos aprender de estas verdades. En este sentido, las visiones constituyen a veces una alerta sobre situaciones que enfrentaremos en nuestra vida, preparándonos para elegir el mejor camino.
Forma de vida simple
La doctrina que el Padrinho Sebastião compartió fue bastante simple: sus proyectos comunitarios consistían en vivir una forma de vida simple, comer juntos, orar juntos, vivir juntos en armonía, plantar alimentos y beber Daime en contextos ceremoniales.
«En los tiempos actuales, sentimos más que nunca la necesidad de la unidad entre todas las comunidades ayahuasqueras para defender la libertad de religión por la que hemos luchado», dijo Polari.
El Padrinho Sebastião fundó una comunidad en la década de 1970 cerca de Rio Branco. La comunidad se mudó a Rio do Ouro a principios de la década de 1980, y en 1982 el Padrinho Sebastião comenzó el proceso de legalización de la ayahuasca en Brasil, que finalmente se reguló en 2010. En la década de 1990, la comunidad se mudó nuevamente, esta vez a Mapiá, y continuó creciendo.
Este crecimiento trajo desafíos a los que la comunidad todavía se enfrenta. Actualmente se centran en preparar a las nuevas generaciones para la educación social y comprometerse con las demás comunidades del mundo. Sin embargo, según Polari, a pesar de estos desafíos, los sueños del Padrinho Sebastião todavía están vivos.
Conclusión: ayahuasca y espiritualidad
«¿Qué conclusiones podemos sacar?», dijo Polari. En su opinión, la ayahuasca es una herramienta importante para transformar la conciencia humana. Y es más poderosa cuando está incrustada dentro de una comunidad donde se siguen prácticas espirituales. Nuestro planeta necesita comunidades autosuficientes, donde cultivemos los valores de solidaridad, altruismo, compasión y caridad.
«Ésta es la mejor alternativa que podemos buscar en esta crisis de valores actual a la que nos enfrentamos como civilización», dijo Polari. La ayahuasca y el Daime son importantes no sólo para el crecimiento religioso o individual, sino también para el crecimiento de las comunidades.
Como sugiere Thich Nhat Hahn, el Buda del futuro puede ser una comunidad, no solamente una persona. ¡Buscadores del mundo, uníos!
Categories:
Ayahuasca
, Noticias
, Noticias
, Aya Conference
Tags:
ayahuasca
, comunidad
, Santo Daime
, espiritualidad