Información básica
La palabra «ayahuasca» es un término quechua compuesto por dos nombres: aya, que significa «cadáver, muerto, cuerpo humano muerto», y waskha, que significa «soga, cuerda, cable trenzado o retorcido». Por ello, se ha traducido habitualmente como «la liana de los muertos» o «la soga de los muertos».
La palabra ayahuasca designa tanto a la preparación realizada con Banisteriopsis caapi como al té resultante de adicionar aquélla con otras plantas propias de la medicina tradicional amazónica, que es lo más común.
Otros nombres que distintos pueblos han utilizado y utilizan para nombrar a la preparación son: caapi, dápa, mihi, kahí, natem, pindé, yajé, daime, vegetal, entre muchos otros.
Existen multitud de recetas para la preparación de la ayahuasca. En ocasiones se encuentran preparaciones que contienen únicamente tallos de B. caapi, aunque no es lo habitual. Los ingredientes que se añaden a la cocción dependen de la región en la que se prepara, del curandero o vegetalista que la cocina y de la intención o efectos que se desean conseguir. Se han documentado más de cien especies botánicas distintas que se han utilizado como aditivos de la ayahuasca.
El aditivo que más se ha popularizado en Occidente es la Psychotria viridis, resultando en que la combinación que habitualmente se entiende por ayahuasca es una decocción de estas dos plantas, la B. caapi y la P. viridis. Otra planta habitual que se utiliza en lugar de la P. viridis, en función de la disponibilidad según la zona geográfica, es la Diplopterys cabrerana.
La B. caapi contiene betacarbolinas (harmina, harmalina y tetrahidroharmina) y la P. viridis y la D. cabrerana son fuentes de dimetiltriptamina (DMT). La combinación de estos alcaloides permite que la DMT tenga efecto por vía oral, ya que en ausencia de betacarbolinas sería degradada por la monoaminooxidasa (MAO) presente en el cuerpo humano.
La Banisteriopsis caapi es una liana de la familia de las malpiguiáceas que crece a lo largo de la selva amazónica. Tiene una estructura de tallos leñosos que trepan por distintos árboles, y unas hojas grandes, que pueden alcanzar los 18 cm de largo y los 8 cm de ancho. Recibe el nombre de ayahuasca, caapi o mariri, entre muchos otros.
La Psychotria viridis es un arbusto perenne de la familia de las rubiáceas, la misma familia que el café, y produce unos frutos parecidos a los granos de café. Crece en las selvas y bosques húmedos de Centroamérica y América del Sur, aunque se encuentra más comúnmente en las zonas amazónicas de Perú y el norte de Bolivia. Puede alcanzar hasta 5 m de altura. Se la conoce popularmente con el nombre de chacruna.
Origen/Historia
El origen del uso de la ayahuasca, así como su antigüedad, son desconocidos. Distintos autores han propuesto distintas teorías acerca de los orígenes de la ayahuasca, y la cultura popular, tras la expansión de la ayahuasca, ha enfatizado los orígenes milenarios del uso de la cocción por parte de los pueblos nativos amazónicos.
Algunos autores han propuesto una antigüedad del uso de ayahuasca de hasta 5.000 años, otros datan los inicios entre el 500 a.C. y el 500 d.C. Otras teorías apuntan a inicios mucho más recientes.
A diferencia de lo que ocurre con otras drogas del Nuevo Mundo, como los hongos psilocibes, las daturas, el peyote, los rapés psicoactivos o las semillas de ololiuqui, no existen restos arqueológicos que demuestren la existencia del uso ancestral de ayahuasca. El uso de las plantas mencionadas en primer lugar puede demostrarse dado que existen dibujos en códices con representaciones, relatos de misioneros acerca de su uso, esculturas e incluso restos de instrumentos para el uso de rapé. Sin embargo, no es éste el caso para la ayahuasca.
Los primeros relatos en los que se encuentra la palabra ayahuasca provienen de dos misioneros jesuitas que, en 1737 y 1740 respectivamente, viajaron por la zona del río Napo. En sus relatos se menciona el uso de ayahuasca con fines curativos y adivinatorios. Existe un relato anterior de otro jesuita de finales del siglo XVII, en el que se habla acerca de un «brebaje diabólico», aunque sin mencionar explícitamente la ayahuasca.
El primer reporte moderno y científico del uso de la ayahuasca lo encontramos en 1851, en el que Richard Spruce documenta el uso de este bebedizo en Brasil. Y en 1857 Manuel Villavicencio escribe el primer relato conocido de su experiencia subjetiva con la ayahuasca.
Resulta significativo y sorprendente que en los relatos anteriores de colonizadores y misioneros que recorrieron exhaustivamente la cuenca amazónica, así como el río Napo, que parece el lugar más plausible para los primeros usos de la ayahuasca, no haya ninguna referencia acerca del uso de algún tipo de pócima o brebaje, como sí los hay acerca de otras sustancias.
Brabec de Mori ha propuesto una antigüedad centenaria del uso de ayahuasca, a partir del análisis de los ícaros, las canciones utilizadas durante las ceremonias de ayahuasca. Según este autor, el uso de ayahuasca se inició en algún lugar de la cuenca del Río Napo por parte del pueblo tucano en fechas relativamente recientes, y tanto el uso como las canciones se expandieron a partir de ahí. Brabec de Mori analizó las similitudes de los ícaros de distintas tribus, y las comparó con otras canciones tradicionales de estos pueblos; mientras las canciones tradicionales eran muy distintas entre ellas, los ícaros eran muy similares, lo que llevó a concluir un origen común reciente.
La B. caapi es una liana que crece en la selva baja amazónica, desde el sur de Bolivia hasta el norte de Panamá, en la Amazonía de Perú, Ecuador, Colombia y Brasil. Parece razonable suponer que el uso de B. caapi fue anterior al uso de la combinación con P. viridis, y que se utilizara como purgante. También parece razonable que distintos grupos nativos añadieran distintas plantas en esta cocción, y que en alguno de estos experimentos se descubrieran los potentes efectos de la combinación con la chacruna.
Pueblos que han utilizado la ayahuasca de forma tradicional o que la utilizan hoy en día incluyen a los: guahibo, shipibo-conibo, shuar, colorado, ingano, siona, kofan, witoto, tukano, desana, yakuna, ashaninka, kaxinawa y muchos otros.
Las iglesias ayahuasqueras
Otro contexto de utilización de la ayahuasca que ha aparecido en el último siglo han sido las iglesias ayahuasqueras como el Santo Daime (en sus múltiples grupos), la União do Vegetal (UDV) y Barquinha. Estas iglesias son cultos sincréticos en los que se combinan elementos chamánicos, esotéricos, espiritistas y cristianos, entre otros, alrededor del uso ritual de la ayahuasca, daime o hoasca, como se denomina la bebida en estos contextos.
Estas iglesias ayahuasqueras aparecieron a inicios del siglo XX, y fue Raimundo Irineu Serra (después conocido como mestre Irineu), un trabajador del caucho, quien a raíz de sus viajes y estancias por las selvas del Estado de Acre en Brasil, empezó a oficiar ceremonias con ayahuasca. Irineu pasó tiempo con curanderos que le enseñaron a recolectar las plantas necesarias y a preparar la ayahuasca, y pasó tiempo en solitario en la selva experimentando con la cocción. En sus visiones recibió «himnos», canciones rituales que transmiten las enseñanzas, y que se cantan durante los trabalhos (ceremonias de ayahuasca).
Esta doctrina fue sofisticándose y terminó siendo el Santo Daime, que evolucionó en distintas ramas, hasta crecer en seguidores y expandirse internacionalmente. Una de las ramas más extendidas, y la que se conoce habitualmente como Santo Daime, es la ICEFLU (Igreja do Culto Ecléctico da Fluente Luz Universal), anteriormente CEFLURIS. Esta corriente fue creada por Sebastião Mota de Melo (conocido como padrinho Sebastião).
La União Do Vegetal fue una iglesia, con unos orígenes más urbanos que el Santo Daime, creada por José Gabriel da Costa (conocido como mestre Gabriel), que apareció también en el Estado de Acre.
La tercera iglesia principal, aunque no se ha expandido internacionalmente y permanece solamente en Rio Branco, en el estado de Acre en Brasil, es la iglesia de la Barquinha. Creada por el mestre Daniel.
Algunas estimaciones calculan que más de 25.000 personas pertenecen a alguna de estas religiones en todo el mundo. El Santo Daime y la UDV se han expandido internacionalmente y se pueden encontrar grupos en países tan dispares como Brasil, Estados Unidos, Canadá, España, Holanda, Alemania e incluso Japón. En algunos de estos países, las iglesias cuentan con protección jurídica de sus prácticas religiosas, incluyendo el uso e importación de ayahuasca.
Composición química y dosificación
Como se ha indicado anteriormente, la ayahuasca es una preparación de distintas plantas, aunque la combinación habitual se hace con la liana Banisteriopsis caapi y las hojas de la Psychotria viridis. La liana suele machacarse o pulverizarse y se cocina junto con las hojas en un proceso que puede llegar a ser muy elaborado, hasta obtener la cantidad y concentración deseadas.
Los alcaloides presentes en las pociones de ayahuasca son una combinación de betacarbolinas y derivados triptamínicos.
Betacarbolinas
La B. caapi contiene los alcaloides betacarbolínicos harmina, harmalina y tetrahidroharmina (THH). Estos alcaloides ejercen un efecto específico como inhibidores reversibles de la monoaminooxidasa-A (MAO-A), lo que permite a la DMT ser activa por vía oral.
Dosis de harmina por vía oral: la dosis de harmina que provoca efectos perceptibles está alrededor de los 8 mg/kg.
Análisis de pociones de ayahuasca han encontrado cantidades de harmina de unos 158 mg por dosis, que equivaldría a una dosis de unos 2 mg/kg para una persona de alrededor de 70 kg de peso. Esta cantidad es suficiente para provocar los efectos inhibidores de la monoaminoxidasa y permitir el efecto de la DMT por vía oral.
En sus bioensayos, Jonathan Ott y otros autores encontraron que la cantidad mínima de harmina para provocar la actividad por vía oral de la DMT estaba sobre los 70 mg – 150 mg. Alrededor de 1 mg/kg – 2 mg/kg.
Triptaminas
Las hojas de la P. viridis (o la D. cabrerana) contienen el alcaloide, derivado de la triptamina, N,N-dimetiltriptamina. La DMT es una potente sustancia de efectos visionarios cuando se administra por vía intravenosa o vaporizada, que sin embargo resulta inactiva por vía oral, ya que es degradada por la MAO presente en el estómago y el hígado. Existen más de cincuenta plantas que contienen DMT en cantidades variables, y es posible que se encuentre también en el sistema nervioso de los mamíferos, incluyendo el cerebro del ser humano.
Dosis de DMT por vía oral (en combinación con harmalinas)
El rango de dosis de DMT en presencia de harmalinas o de otros inhibidores de la MAO varía entre 0,5 mg/kg hasta 1 mg/kg. Así, para una persona de 70 kg, las dosis serían las siguientes:
- Dosis umbral: 30 mg
- Dosis media: 50 mg
- Dosis alta: 70 mg
Dosis ayahuasca
Habitualmente, la ayahuasca se dosifica en volúmenes variables, en función de la potencia o concentración de la cocción, que suele ser conocida por el curandero o grupo que la ha cocinado. Las concentraciones de alcaloides en las cocciones de ayahuasca son muy variables. Callaway realizó un análisis de ayahuascas provenientes de la UDV, el Santo Daime, Barquinha y pueblos shuar, y los rangos de alcaloides presentes eran los siguientes.
- Concentración de DMT: entre 0,16 mg/mL y 14,15 mg/mL, aunque algunas muestras no contenían nada de DMT.
- Concentración de THH: entre 0,49 mg/mL y 23,80 mg/mL
- Concentración de harmalina: entre 0,01 mg/mL y 0,9 mg/mL
- Concentración de harmina: entre 0,45 mg/mL y 22,85 mg/mL
Dosis habituales dependen de la tradición: en el Santo Daime suelen ser de entre 50 y 100 mL, entre los shuar de 20-30 mL, en la UDV de 100 a 200 mL.
En las ceremonias de ayahuasca suelen consumirse dos o tres dosis, repartidas a lo largo de las horas que dura la sesión.
Otras sustancias añadidas
En muchas ocasiones, la ayahuasca se ha cocinado con otras plantas añadidas, en función de la región, las indicaciones y la intención. Tradicionalmente la ayahuasca cocinada en el Santo Daime, UDV y Barquinha, y conocida con los nombre de daime, vegetal/hoasca, contiene solamente B. caapi y P. viridis, mientras que en los preparados de los pueblos nativos de Perú, Ecuador y Colombia es más común encontrar otras plantas además de estas dos.
Algunas de las plantas que habitualmente se añaden a la ayahuasca y sus alcaloides principales son las siguientes:
Nicotiana rustica: la planta del tabaco, de efectos purgantes y psicoactivos. Contiene nicotina.
Brugmansia suaveolens: llamada toé o floripondio. Contiene alcaloides tropánicos como la escopolamina y la hiosciamina, de efectos alucinógenos, y con una toxicidad peligrosa.
Brunfelsia grandiflora: llamada chiric sanango, que se usa como planta medicinal en la tradición vegetalista peruana, y como planta para «dietas».
Efectos
La ayahuasca es una potente sustancia visionaria debido a los alcaloides que contiene, la dimetiltriptamina (DMT) y las betacarbolinas. Aunque parece que los efectos más prominentes son debidos a la DMT y no a las betacarbolinas, ya que los estudios realizados con ellas no son concluyentes, a continuación de describen los efectos de dichas sustancias por separado.
La DMT es un agonista de los receptores serotoninérgicos 5-HT2A y sus efectos pueden describirse de forma similar a los de los llamados «psiquedélicos clásicos» (LSD, psilocibina, mescalina). La DMT, sin combinación con IMAOs, administrada por vía intravenosa o fumada produce efectos intensos e inmediatos, entre los que se incluyen:
- Una experiencia inmersiva.
- Fenómenos visuales intensos tanto con ojos abiertos como cerrados.
- Visiones caleidoscópicas.
- Cambios en la percepción del tiempo.
- Alteración de la percepción auditiva.
- Experiencias profundas y espirituales, así como experiencias terroríficas.
- Sensación de contacto con entidades.
Los efectos psicoactivos de la THH, harmina y harmalina no están bien definidos, y si bien la importancia de estos alcaloides en las preparaciones de ayahuasca como inhibidores de la monoaminoxidasa está clara, la contribución a los efectos subjetivos no lo está tanto. Distintos estudios han reportado efectos dispares de la harmalina. Autores como Claudio Naranjo y Alexander Shulgin han reportado psicoactividad y efectos alucinógenos, mientras que Jonathan Ott reportó simplemente efectos sedantes tipo Valium, y otros autores no han encontrado ningún tipo de efecto psicoactivo. Resulta interesante que en la cosmovisión chamánica se considera que la planta que aporta la sabiduría a la cocción y la que permite el aprendizaje es la Bansteriopsis caapi, la ayahuasca, que es la que contiene las betacarbolinas, mientras que se considera que las hojas de la Psychotria viridis simplemente aportan visiones y color a la experiencia. Cabe pensar en una distinta concepción de lo que son los efectos buscados según la cultura de quien experimenta con la ayahuasca.
Por ello, los efectos generales de la ayahuasca pueden entenderse como una combinación de los efectos de los distintos alcaloides que la componen, más que una mera activación por vía oral de la DMT.
Los efectos que produce la ayahuasca pueden incluir:
- Cambios perceptivos y cognitivos.
- Distorsión de la percepción temporal.
- Visiones con los ojos abiertos y cerrados.
- Incremento del pensamiento asociativo.
- Introspección.
- Incremento de los recuerdos autobiográficos.
- Elevación del estado de ánimo.
- Experiencias profundas y espirituales.
- Experiencias de ansiedad, miedo e incluso terror.
- Experiencias de contacto con entidades o espíritus.
En el plano físico, se pueden producir los siguientes efectos:
- Mareo.
- Malestar físico.
- Náuseas y vómitos.
- Diarrea.
- Convulsiones (raramente).
En contextos controlados se ha informado de efectos ansiolíticos, antidepresivos y antiadictivos de la ayahuasca, así como de otros agonistas de la 5-HT2A, como la LSD y la psilocibina.
Estatus legal
El alcaloide psicoactivo de la ayahuasca, la dimetiltriptamina (DMT), es una sustancia fiscalizada en la Lista I de la Convención de Naciones Unidas sobre Sustancias Psicotrópicas de 1971. Como tal, la DMT se considera una sustancia cuyo uso, fabricación y venta están prohibidos —salvo usos médicos y científicos muy limitados—. No obstante, la decocción de ayahuasca propiamente no se encuentra bajo control internacional, y así lo ha confirmado la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE).
En la práctica de los Estados, esto ha sido interpretado de diversas maneras, por lo que en el ámbito nacional la ayahuasca recibe diferente tratamiento legal, que se puede agrupar en tres tipos.
El primero, los países donde se permiten, y a veces regulan, determinados usos de la ayahuasca, como por ejemplo el uso religioso para algunas iglesias en Brasil, Estados Unidos y Canadá, o el uso tradicional en Perú, donde es considerado patrimonio cultural de la nación (Perú formuló una reserva para estos usos tradicionales de la ayahuasca al adherirse a la Convención de 1971).
El segundo tipo agruparía a aquellos países donde la ayahuasca está específicamente prohibida, como Francia (en cuyas listas de control se incluyen diversas plantas utilizadas en la decocción) o donde, como en Rusia, se la ha considerado como tal al estar prohibidas, de manera general, todas las plantas que contengan ingredientes psicoactivos.
Por último, el tercer grupo aglutina a los países en los que existe un vacío legal respecto a la ayahuasca: no está específicamente prohibida, pero tampoco permitida y varias personas han sido procesadas por recibir el bebedizo por correo o traerlo consigo en el avión. Es el caso de países como Portugal, México, Israel, o también España, el país donde se ha registrado el mayor número de incidentes legales relacionados con la ayahuasca en los últimos años.
Es importante informarse bien del estatus legal de la ayahuasca en cada país para prevenir posibles incidentes legales: el mapa legal del Ayahuasca Defense Fund constituye una buena herramienta para ello.
Prevalencia de uso
Aunque el uso de ayahuasca se ha expandido de forma global en los últimos años, y el número de personas que la utilizan sigue aumentando, la ayahuasca continúa siendo una sustancia de uso minoritario.
En la encuesta Global Drug Survey llevada a cabo en los años 2015 y 2016, solamente 527 personas, de las 96.901 que participaron, afirmaron haber utilizado ayahuasca alguna vez en su vida. Esto representa un 0,57% de la muestra. Se puede argumentar que la muestra tiene un sesgo considerable, dado que se trata de personas que contestan por voluntad propia, y que han conocido esta encuesta a través de sus canales de comunicación online. Puede argumentarse que muchas de las personas que utilizan ayahuasca puede que utilicen canales de comunicación distintos y que por tanto no hayan conocido ni contestado esta encuesta.
La percepción subjetiva de la propia comunidad de usuarios es que el número de retiros y eventos en los que se ofrece el uso de ayahuasca ha aumentado mucho en los últimos cinco años, tanto en Europa y Estados Unidos como en países latinoamericanos, especialmente Perú, donde han proliferado muchos centros en los que se ofrecen retiros con ayahuasca y el turismo ayahuasquero se ha incrementado hasta convertirse en una parte importante de la economía de la región de Iquitos.
Salud y reducción de riesgos
Los estudios realizados tanto en animales como en humanos sanos han demostrado que la ayahuasca administrada en dosis controladas, conociendo su composición, en entornos adecuados, y con el apoyo necesario, constituye una sustancia segura, tanto desde un punto de vista físico como psicológico.
Existen algunos riesgos asociados al consumo de ayahuasca que deben tenerse en cuenta en el caso de estar planteándose utilizar esta cocción. Algunos de estos riesgos son físicos, debidos a la farmacología de la sustancia y posibles interacciones, y otros son psicológicos, debido a la naturaleza de la experiencia que la ayahuasca puede inducir.
Salud física
Algunos de los riesgos físicos de la ayahuasca son debidos a la presencia de betacarbolinas que tienen un efecto inhibidor de la MAO-A. Desde una perspectiva teórica, la combinación de la inhibidores de la MAO-A con ciertos alimentos que contengan tiramina en cantidades elevadas podría producir una crisis hipertensiva, y la combinación con sustancias químicas (medicamentos, drogas) puede implicar riesgos importantes. La combinación de IMAOs con ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina), otros antidepresivos, o triptófano, podría a priori producir una crisis serotoninérgica. Si bien este riesgo está descrito desde un plano teórico, no hay casos documentados de dichas interacciones.
Por la misma razón, las combinaciones de ayahuasca con gingseng, hipérico o con drogas y medicamentos como el dextrometorfano, las anfetaminas y la MDMA pueden ser potencialmente peligrosas y deberían evitarse.
Algunos proveedores de sesiones de ayahuasca están ofreciendo retiros en los que se utiliza ayahuasca y Bufo alvarius. Suele ingerirse la ayahuasca horas antes o después de fumar el veneno del sapo, que contiene bufotenina y 5-MeO-DMT. Esta combinación implica unos ciertos riesgos que conviene tener en cuenta para evitar reacciones adversas, y se recomienda esperar 24 horas entre el uso de una y otra sustancia. Para más información se puede consultar el siguiente enlace.
Salud psicológica
Los efectos psicoactivos de la ayahuasca pueden ser muy intensos y la experiencia puede resultar muy inmersiva, y por ello no es raro que se produzcan reacciones de miedo y angustia durante algunas partes de la experiencia. Estas situaciones suelen ser pasajeras y resolverse bien durante la misma experiencia o al desaparecer los efectos de la sustancia.
Sin embargo algunas personas experimentan efectos adversos posteriores a la experiencia, en particular si ésta ha sido especialmente difícil, si el contexto en el que han tomado la ayahuasca no era seguro, o si no han recibido el apoyo adecuado durante y después de la experiencia.
La ocurrencia de una reacción psicológica difícil es el principal riesgo que conlleva el uso de ayahuasca. Estas reacciones pueden incluir desde crisis de pánico, miedo a morir o volverse loco, encuentros aterradores con entidades/espíritus y en algunos casos síntomas psicóticos.
Estudios acerca del uso a largo plazo de ayahuasca han encontrado que las personas que han utilizado la ayahuasca durante al menos quince años puntuaban más bajo en escalas de psicopatología que el grupo de control y más alto en propósito vital y en marcadores de bienestar. Sin embargo, hay que tener en cuenta que existe un sesgo en la selección de las personas que han participado en el estudio, pues aquellas personas a las que la ayahuasca les provocó algún problema no han seguido tomando ayahuasca y, por tanto, no se las ha incluido en este estudio.
Otros estudios han investigado la ocurrencia de efectos adversos graves, tales como reacciones psicóticas que duran más allá de las 48 horas, que si bien ocurren con una frecuencia muy baja, son episodios graves. Dichos episodios no se han dado en contextos controlados de investigación en los que los participantes habían pasado un cribado físico y psicológico. Personas con historial familiar de episodios psicóticos, o con trastornos mentales diagnosticados tales como esquizofrenia, trastorno bipolar, depresión con síntomas psicóticos, tienen mayor riesgo de sufrir tales reacciones adversas y se recomienda que se abstengan de utilizar ayahuasca.
Algunos aspectos importantes que conviene tener en cuenta para reducir los riesgos y maximizar los potenciales beneficios implican la elección del lugar adecuado para tomar, así como el contexto y la persona que va a dirigir la sesión. La ayahuasca suele utilizarse en contextos ritualizados y la persona que dirige la sesión puede ejercer una gran influencia en el desarrollo de la experiencia, las dinámicas que se generan en el grupo, la seguridad, así como el mantenimiento de unos límites éticos y responsables con los participantes. Hay un creciente número de informes de malas praxis por parte de facilitadores de ceremonias, tanto por falta de conocimiento, experiencia y formación, como por una praxis poco ética y respetuosa con los participantes. Por ello, se recomienda informarse detalladamente del grupo o lugar con quien se pretende tomar ayahuasca, del formato de las ceremonias, así como del número de participantes, asistentes y la formación, experiencia y referencias de la persona que guía el ritual.
Para una revisión de los aspectos más importantes con el fin de maximizar la seguridad de las ceremonias en las que se utiliza la ayahuasca, se puede consultar la Guía de buenas prácticas.
Guía de buenas prácticas
Descárgala aquí: Ayahuasca – Guía de buenas prácticas
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