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    Bob Sisko y su impacto en el movimiento de la ibogaína

    22.08.2022
    Igor Domsac | 22 agosto 2022

    El activista y empresario Robert Rand (también conocido como Bob Sisko) fue uno de los pioneros del primer movimiento de la ibogaína en la década de 1970. Tras una batalla contra el cáncer de hígado, ha fallecido recientemente a la edad de 75 años. Para honrar su memoria, ICEERS habló con su hijo Noah Rand y con importantes personalidades que conocieron a Sisko durante diferentes etapas de su vida.

    «Si hubiera tenido unas últimas palabras, habrían sido ‘que el Bwiti esté contigo para siempre en tu mente, cuerpo y alma’», dijo Rand sobre su padre.

    Según Boaz Wachtel, empresario y activista medioambiental procedente de Israel, Sisko se enfrentó a las fuerzas reaccionarias y racistas que intentaban mantener la ibogaína inaccesible para la gente. Para Wachtel, así como para muchos otros, Sisko actuó como mentor. «Bob Sisko fue un agente del cambio en la salud pública. Dedicó su vida y su dinero a difundir la medicina de la ibogaína. Sin él, probablemente no habría existido un movimiento de la ibogaína ni las docenas de clínicas que salvan vidas cada día en todo el mundo», afirma Wachtel.

    Una leyenda de la ibogaína

    La capacidad de la ibogaína para interrumpir el trastorno por consumo de sustancias fue descubierta por primera vez por Howard Lotsof en 1962. Lotsof tenía experiencias habituales con heroína y organizó un grupo que se reunía ocasionalmente en la ciudad de Nueva York para estudiar los efectos de diversas drogas psicoactivas.1 En 1985, Lotsof obtuvo la primera de una serie de patentes sobre la ibogaína para la dependencia de la cocaína, la heroína, el alcohol, la anfetamina, la metadona, la nicotina y otras sustancias.2

    A pesar de estos esfuerzos, Lotsof no pudo obtener ibogaína después de 1963 debido a la intervención de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA). Estados Unidos clasificó la ibogaína como una droga incluida en la Lista I, lo que la hizo ilegal en 1967. Sin embargo, muchos otros países mantuvieron la ibogaína disponible con receta médica. Después de que Lotsof y Sisko se reunieran en 1987 en Gabón con el presidente Omar Bongo y su asesor científico, el doctor Jean-Noel Gassitta, Sisko comenzó a realizar ensayos con más de veinte personas para verificar los hallazgos de Lotsof.

    Sisko fue un destacado activista de los derechos humanos y la salud mental. Dirigió el Comité Americano de Clemencia, organizó conciertos de Rock contra el Racismo y lideró el movimiento Ciudadanos contra la Heroína en la década de 1980.3 Asimismo, creó la Coalición Internacional para la Autoayuda de los Adictos (ICASH) en los Países Bajos para ofrecer tratamiento con ibogaína para la dependencia de los opiáceos, lo que dio lugar al turismo médico de ibogaína.2,4

    Sisko pudo dejar el tabaco y la cocaína después de trabajar con ibogaína.5 En el documental Ibogaine in the 90s, le preguntaron a Bob Sisko frente al Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas: «¿Cuánto tiempo te llevó dejar la cocaína?». Y él respondió: «48 horas». Sisko también declaró que tomar ibogaína fue decisivo para dejar el tabaco.5 Esas experiencias le inspiraron a realizar sesiones de tratamiento con este medicamento.

    A lo largo de los años, Sisko examinó el potencial terapéutico de la ibogaína, cómo influía en las experiencias de las personas y las formas de contrarrestar sus efectos adversos. Escribió sobre estos tratamientos en el libro Interrumpiendo la dependencia a las drogas: un resumen de nueve historias de casos. En 2010, produjo ibogaína de acuerdo con las Buenas Prácticas de Fabricación para realizar ensayos clínicos. Asímismo, propuso un estudio en el que la FDA permitiese la ibogaína para aliviar los síntomas de la abstinencia a opiáceos.6

    Aunque Sisko concluyó que «la ibogaína es significativamente más eficaz para interrumpir los trastornos por abuso de sustancias y proporcionar un restablecimiento completo que cualquier otra cosa que exista actualmente», era muy consciente de que no se trataba de una cura para todos los problemas.7 Bob dijo que, «en contra de las afirmaciones sensacionalistas que se encuentran en los medios de comunicación populares, no es una ‘cura’ para la adicción, sino que es un ‘interruptor de la adicción’ particularmente útil para facilitar la desintoxicación». En su opinión, el éxito no debe venir determinado por el hecho de que alguien esté «libre de drogas», sino por el hecho de que pueda controlar o no su relación con estas sustancias.8

    La despedida de Sisko

    La vida de Bob Sisko fue celebrada en una ceremonia en línea organizada por Dana Beal, activista social y político conocido por sus esfuerzos para legalizar el cannabis y promover los beneficios de la ibogaína. Beal dijo: «El proyecto de la ibogaína no habría tenido éxito sin Bob Sisko, porque se necesitaba que alguien estuviera allí trabajando constantemente. Sin él, el movimiento no se habría producido».

    El hijo de Sisko, Noah, compartió con nosotros anécdotas de la amplia red de amigos de su padre y de sus viajes por el mundo, incluyendo el viaje a dedo por gran parte de Estados Unidos. «Su corazón siempre estuvo en Gabón, con los bwiti, y era un hombre religioso que creía en la ibogaína», afirma Noah. Según él, el sueño de su padre era que la ibogaína fuera una opción de tratamiento disponible en todo el mundo.

    Bob Sisko constituyó una figura fundamental en la exploración del potencial terapéutico de la ibogaína. Su trabajo ha dejado una gran huella en el movimiento de la política de drogas, y lo echaremos mucho de menos. Ojalá el futuro del tratamiento con ibogaína permita que uno de los objetivos de Bob Sisko se haga realidad: el acceso público a esta medicina.

    Referencias

    1. Alper, K. R., y Lotsof, H. S. (2007). The use of ibogaine in the treatment of addictions. En: Winkelman, W. J., y Roberts, T. B. (Eds.): Psychedelic Medicine. Westport, Connecticut: Praeger, pp 43-66.
    2. Sisko, B. (1993). Interrupting Drug Dependency With Ibogaine: A Summary of Four Case Histories. Newsletter of the Multidisciplinary Association for Psychedelic Studies. MAPS, Volume 4, Number 2, Summer 1993.
    3. Ibogaine Fund. Supporting the Livelihood of the Pioneers in Iboga Research. Ibogaine.fund. Retrieved August 12, 2022.
    4. Anderson, K. (2019). Ibogaine and Related Compounds: Safety and Effectiveness. Rehabs.com, November 4, 2019. Retrieved 9 August 2022.
    5. De Rienzo, P., y Beal, D. (1997). The Ibogaine Story: Report on the Staten Island Project. New York: Autonomedia.
    6. Smith, P. (2010). Feature: Ibogaine Forum 2010 — Mourning the Movement’s «Tare,» Celebrating New Hopes for Research and Development. StoptheDrugWar.org, March 12, 2010. Retrieved 9 August 2022.
    7. Kroupa, P. K. (2017). Encod Bulletin 145. ENCOD, December 1, 2017. Retrieved 9 August 2022.
    8. Brown, T. K. (2013). Ibogaine in the treatment of substance dependence. Current Drug Abuse Reviews, 6(1), 3-16.

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    Tags: ibogaína , política de drogas , drogodependencia , trastorno por consumo de sustancias , adicciones