El término «drogas psicoactivas naturales» (DPN) comprende una gran variedad de animales, plantas, cactus y hongos, tradicionalmente utilizados en contextos rituales en todo el mundo, cuyo consumo ha aumentado drásticamente en las últimas décadas. Con el fin de estudiar las pautas de uso, los efectos deseados y el estado de salud mental de los individuos que las consumen, ICEERS realizó una investigación detallada mediante un cuestionario en línea que fue contestado por 564 usuarios de DPN de 52 países diferentes. Los resultados se han publicado recientemente en la revista Drugs: Education, Prevention and Policy.
Este estudio, dirigido por el psicólogo Marc Aixalà y apoyado por la Comisión Europea, fue parte de un proyecto europeo llamado «New Approaches in Harm Reduction Policies and Practices (NAHRPP)» (HOME/2015/JDRUG/AG/DRUG/8860), implementado por el Transnational Institute, Diogenis Drug Policy Dialogue, Forum Droghe, Stichting y ICEERS, entre enero de 2017 y marzo de 2019.
Según la encuesta, las sustancias más utilizadas son los hongos Psilocybe (88,5%) y la ayahuasca (51%), y el usuario típico es un individuo adulto bien educado, no aficionado al consumo de alcohol, que utiliza DPNs de forma esporádica. Además de mostrar un buen estado de salud mental, la mayoría de los participantes informaron que el uso de drogas psicoactivas naturales influyó positivamente en sus vidas.
El objetivo principal del estudio era aumentar los conocimientos sobre los actuales usuarios de DPN, incluidas sus frecuencias de uso y las prácticas conexas. Los resultados pueden ser utilizados por los trabajadores sociales, los profesionales de la salud y los encargados de la formulación de leyes y políticas al considerar el impacto del uso de las DPN en la salud pública.
Las drogas psicoactivas naturales frente a las nuevas sustancias psicoactivas
Los investigadores no están de acuerdo con el hecho de que algunos autores incluyan las DPNs en la categoría de «nuevas sustancias psicoactivas» (NSPs), ya que esta categoría «incluye indiscriminadamente sustancias muy diferentes, y si bien algunas de ellas tienen un largo historial de uso tradicional, lo que supone un perfil de seguridad bien conocido y contextos de uso específicos (en el caso de las DPN), falta información para otras, más recientemente sintetizadas, sobre su toxicidad, y también vienen con el riesgo implícito de ser impuras o adulteradas».
Por lo tanto, en el estudio se afirma que «clasificar las DPN como NSP parece muy poco lógico, por lo que sugerimos que se revise la legislación actual y no se incluyan sustancias tan diferentes en la misma categoría. Las nuevas sustancias psicoactivas están generalmente asociadas con muertes y toxicidad del sistema nervioso central o del hígado. Sin embargo, la exposición a algunas de las DPN actualmente clasificadas como NSP se ha asociado con una reducción de la angustia psicológica y la tendencia al suicidio y varios beneficios potenciales para los individuos sanos, lo que deja bastante claro que estamos tratando con sustancias muy diferentes».
La tendencia general entre los usuarios es obtener DPN a través de proveedores de ceremonias, y el contexto más compartido es el de los amigos. Los usuarios de ayahuasca, iboga o ibogaína, hongos Psilocybe, Salvia divinorum o salvinorina A, San Pedro y Bufo alvarius informaron de que su uso les influyó muy positivamente, aunque también hubo algunos participantes que informaron de influencias negativas en sus vidas.
En conclusión, dado que las DPNs difieren sustancialmente de las NSPs tanto en lo que respecta a su perfil de seguridad como a las pautas de utilización, los interesados deberían tener en cuenta estos resultados al decidir las clasificaciones legales de estas sustancias, ya que las conclusiones del estudio sugieren que las DPNs no deberían pertenecer a la misma clase que las NSPs.
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