Carlos Suárez Álvarez | 21 agosto 2023
Kyle Nolan tenía 18 años cuando viajó a Perú en busca del despertar espiritual y murió. Jane Maiangowi falleció a los 70 años mientras participaba en un ritual de limpieza oficiado por un chamán amazónico en Canadá. El turista británico Unai Gomes fue asesinado por un compañero de retiro en Iquitos. Y un hombre llamado Emanuel se suicidó en Holanda arrojándose bajo las ruedas de un tren. Han muerto personas en el Amazonas y en grandes ciudades de Sudamérica, Australia, Europa y Norteamérica. Cincuenta y ocho tragedias atribuidas a la ayahuasca entre 2010 y 2022 dejaron familias consternadas y amigos desconsolados. ¿Qué ocurrió exactamente?
Los principales medios de comunicación parecían tenerlo claro: la ayahuasca era la causa de estas 58 muertes. Y la mención de la ayahuasca en el titular ofrecía un innegable señuelo desde el punto de vista periodístico. Después de todo, un titular que relaciona la muerte con una «droga exótica y alucinógena» probablemente obtendrá muchos más lectores.
Una relación indirecta
¿Se puede atribuir alguna de estas muertes directamente a la ayahuasca? Y, si es así, ¿en qué grado? Nos propusimos responder a esa pregunta examinando todo lo publicado en el ámbito mundial (desde blogs antidroga y artículos científicos hasta sitios web de noticias generalistas). Recopilamos la lista más completa de muertes asociadas a la ayahuasca hasta la fecha. Y esta investigación, presentada con detalle en este informe, nos permite extraer una conclusión preliminar.
En el momento de redactar este informe, ningún análisis toxicológico o examen forense ha determinado que la ayahuasca haya causado una sola muerte por intoxicación aguda al consumir el brebaje tradicional de Banisteriopsis caapi y Psychotria viridis o Diplopterys cabrerana. La mayoría de las muertes podrían haberse evitado si las experiencias hubieran seguido las normas mínimas de seguridad, las sesiones hubieran estado supervisadas y las experiencias se hubieran integrado después.
La información disponible sugiere que sólo en 34 de los 58 casos se pudo confirmar que los individuos habían consumido ayahuasca en las horas previas a su muerte. Y de estos 34 casos, ninguna de las nueve autopsias hechas públicas atribuyó la causa de la muerte a la ayahuasca. El siguiente gráfico desglosa los casos en detalle:
Sabemos que la ayahuasca resulta fisiológicamente segura para quienes gozan de buena salud. Según Robert S. Gable, psicólogo y experto en toxicidad de drogas recreativas, la cantidad de ayahuasca necesaria para producir la muerte por envenenamiento es veinte veces superior a la dosis necesaria para inducir psicoactividad. El alcohol es diez veces superior a su dosis psicoactiva y la cocaína quince veces más. Cualquiera que haya experimentado la ayahuasca sabe que es prácticamente imposible tomar veinte veces la dosis psicoactiva debido a su sabor desagradable y a sus propiedades eméticas. Incluso si alguien consiguiera beber esa cantidad, vomitaría antes de experimentar cualquier efecto de intoxicación.
Sin embargo, la ayahuasca conlleva ciertos riesgos. Como cualquier medicamento, puede haber contraindicaciones para algunas personas que deberían evitar su consumo. Enfermedades graves, problemas cardiovasculares, antecedentes de trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia y la mezcla de ciertas drogas y medicamentos (como los antidepresivos) están contraindicados con la ayahuasca.
Una vez aclarado esto, ¿cuál fue la causa de las 58 muertes que los medios de comunicación atribuyeron a la ayahuasca?
¿Reacción o efecto adverso?
En los dieciséis casos en los que transcurrió poco tiempo entre la toma de ayahuasca y la muerte, la información disponible no permitió determinar la causa. Es posible que se produjera una reacción adversa a la ayahuasca que condujera a la muerte de la persona. Pero la información sobre estos casos es limitada. No sabemos, por ejemplo, si el fallecido tenía algún problema cardiovascular o si tomaba simultáneamente algún medicamento contraindicado.
También es posible que en algunos de estos 16 casos no se produjera una reacción, sino un efecto adverso. Podría tratarse de una muerte ocurrida bajo los efectos de una sustancia al realizar una actividad, por ejemplo, un accidente de coche bajo los efectos de un somnífero. Por ejemplo, Alfonso Geovani D’Rose se retiró a su habitación tras participar en una ceremonia en un complejo turístico. Al día siguiente apareció muerto en el suelo del cuarto de baño. Uno de los artículos de prensa sugería que se había desplomado y golpeado la cabeza.
Problemas cardíacos
En dos casos, las autopsias determinaron que la causa de la muerte fue un infarto. Luis Acevedo, un chileno de 33 años, sufrió un infarto horas después de tomar ayahuasca. ¿Es posible que Acevedo padeciera algún tipo de problema cardiovascular que la ayahuasca agravó? Si fue así, la autopsia no lo determinó. En otro ejemplo, Fernando Henrique Queiroz Tavares, un joven brasileño de 19 años, padecía el síndrome de Marfan (una enfermedad degenerativa del corazón). Tal vez fuera éste el factor determinante de su muerte. La autopsia informó de que murió por un desgarro en la arteria aorta al final de un ritual de ayahuasca. Sin embargo, Tavares había tomado ayahuasca previamente durante tres años sin ningún problema.
Envenenamiento por tabaco e intoxicación por agua
La ayahuasca nunca estuvo directamente implicada en las autopsias que determinaron la muerte por intoxicación. En cuatro de los 58 casos, el tabaco parece haber sido la causa directa de la muerte. Esto se comprobó cuando se realizó la autopsia. Jane Maiangowi tomó ayahuasca además de una infusión de tabaco, al igual que Matthew Dawson-Clarke en un centro de retiros de Iquitos. Además, la información disponible indica que el tabaco estuvo implicado en las muertes de la argentina María Virginia Saiz y la canadiense Jennifer Logan.
El joven Henry Miller murió por intoxicación de escopolamina. Es posible que esto fuera también lo que les ocurrió a Emiliano Eva y Denis Tronchoni, que visitaron una comunidad achuar en la selva ecuatoriana donde tomaron ayahuasca mezclada con especies de Brugmansia. Otra muerte en Estados Unidos parece haber sido el resultado de una sobredosis de 5-MeO-DMT sintética, que se tomó horas después de la ayahuasca. Por último, Brandon Begley murió durante una ceremonia de ayahuasca a causa de hiponatremia, una dilución excesiva de los valores de sodio en sangre como consecuencia de una sobrehidratación. En otras palabras, Begley murió por tomar demasiada agua.
Suicidios y homicidios
Los medios de comunicación relacionaron catorce casos de suicidio con el consumo de ayahuasca. Sin embargo, sólo en uno de los casos se informó de que el fallecido había tomado ayahuasca en las horas previas. La reacción de los medios de comunicación a la muerte de un joven holandés resulta representativa. Un viaje con ayahuasca conduce al suicidio: «Mi hijo pensó que estaba siendo controlado por extraterrestres» fue el titular del informativo digital RTL Nieuws. Sin embargo, nunca se demostró que Emanuel hubiera probado la ayahuasca. Además, el joven sufría graves problemas de salud mental y consumía diversas sustancias psicoactivas. Establecer una relación causal entre la ayahuasca y cualquiera de los otros trece suicidios es especulativo.
La situación es similar en lo que respecta a los homicidios. De los ocho asesinatos relacionados con la ayahuasca, en dos de ellos el asesino estaba bajo sus efectos. En dos de los casos que tuvieron lugar en Australia (Jake Cawte y Phil Walsh), los asesinos sufrían trastornos psiquiátricos graves y tomaron ayahuasca meses antes de cometer el asesinato. Se desconoce hasta qué punto el consumo agravó su enfermedad. Lo que está claro, según el Informe técnico sobre ayahuasca publicado por ICEERS, es que la ayahuasca está contraindicada para personas con trastornos psiquiátricos graves, y especialmente para aquellas con tendencia a la psicosis.
Otras circunstancias
En los nueve casos restantes, se puede descartar cualquier conexión entre la ayahuasca y la muerte o se dieron circunstancias que podrían haber causado independientemente el fatal desenlace. Fabrice Champion murió en un centro de retiros de Iquitos. Ya estaba gravemente enfermo mientras viajaba y no tomó ayahuasca la noche de su muerte. Rian Brito no había tomado ayahuasca cuando se ahogó en el mar. Garth Dickson y Alexandre Viana Silva se ahogaron tras tomar ayahuasca. Pero sus muertes podrían haberse evitado con una supervisión adecuada por parte de los organizadores de la sesión.
Una supervisión apropiada podría haber evitado potencialmente la muerte de Leslie Allison, causada por una fractura cervical derivada de las convulsiones que experimentó mientras estaba en estado de trance. Los fallecimientos de Kyle Nolan, Micael Amorim Macedo, J. van den Hoek y Lindsay Pole se debieron a circunstancias adicionales ajenas a la ayahuasca que podrían haber causado la muerte de forma independiente.
¿Una droga peligrosa de la globalización?
Cada muerte analizada en este informe constituye una tragedia. No se pretende minimizar la importancia de estas pérdidas. El objetivo es dilucidar si tomar ayahuasca implica un riesgo estadísticamente significativo. Según una investigación paralela (los resultados detallados se encuentran en el informe completo), hemos estimado que más de cuatro millones de personas han tomado ayahuasca en algún momento de su vida. Y 820.000 personas lo hicieron en 2019, año en el que se consumieron alrededor de cinco millones y medio de raciones. Los medios de comunicación relacionaron cinco muertes con la ayahuasca ese año. Sin embargo, en ninguno de esos casos la autopsia determinó que sus muertes se debieran a una intoxicación por ayahuasca. Es muy probable que todas ellas se hubieran podido evitar si la medicina se hubiera consumido en un contexto controlado y con unas mínimas normas de seguridad.
La alarma social que desatan estas muertes cuando se publican en los medios de comunicación puede relativizarse. Una investigación de la Universidad de Oxford atribuyó 3.000 muertes al año al consumo diario de aspirina sólo en el Reino Unido. La Organización Mundial de la Salud informa de tres millones de muertes anuales por alcohol en el mundo. Por otro lado, la investigación científica ha descubierto el potencial terapéutico y espiritual de la ayahuasca. Un estudio de ICEERS coordinado por Maja Kohek reveló que los participantes en ceremonias de ayahuasca en los Países Bajos suelen tener mejor salud que la media nacional, lo que confirma el impacto positivo sugerido por su larga historia en contextos de curación chamánica e iglesias ayahuasqueras.
Aunque los medios de comunicación han relacionado la ayahuasca con 58 muertes, un análisis detallado de los datos indica que ninguna autopsia o examen toxicológico ha atribuido directamente ninguna muerte a una intoxicación aguda por la infusión tradicional de ayahuasca. Los casos con una posible conexión con la ayahuasca fueron limitados, y a menudo estuvieron relacionados con otras sustancias, condiciones de salud preexistentes u otras circunstancias.
Los medios de comunicación que presentan la ayahuasca como peligrosa deben relativizarse en comparación con otras sustancias con mayores tasas de mortalidad. La investigación científica ha demostrado el potencial terapéutico de la ayahuasca y su impacto positivo en el bienestar. La información equilibrada, las medidas de reducción de daños y las prácticas responsables son esenciales para fomentar una comprensión global de esta planta medicinal sagrada.
Más información sobre las conclusiones en el resumen ejecutivo de «Ayahuasca, consumo global y mortalidad en los medios». Puedes solicitar el informe completo de 196 páginas aquí.
Más información
- Cuatro millones de personas han tomado ayahuasca en el mundo
- Ayahuasca, consumo global y muertes difundidas en los medios
- Estado de salud de participantes en ceremonias de ayahuasca en Holanda
- La ayahuasca en España
Foto de Mike Labrum en Unsplash.
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