¿Cuál es el futuro del chamanismo en el Amazonas?
El chamanismo mestizo en el Alto Amazonas se está expandiendo y declinando al mismo tiempo. Se expande a costa de otros chamanismos indígenas, y declina desde el punto de vista de la biomedicina y el rechazo de los jóvenes a atravesar las penurias requeridas para convertirse en chamán.
Esto no significa que no exista interés por el chamanismo en el Alto Amazonas, y particularmente por los efectos psicoactivos de la ayahuasca. De hecho, este interés es enorme. Cada año desde 2005, Alan Shoemaker ha organizado, en nombre de su organización Soga del Alma, una conferencia sobre el chamanismo ayahuasquero en Iquitos, Perú. Estos encuentros han contado con la presencia de pesos pesados como Dennis McKenna, Luis Eduardo Luna, Pablo Amaringo, Jacques Mabit, y Benny Shanon, así como un gran número de curanderos indígenas. No hay duda de que estos encuentros consiguen sus objetivos: juntan a famosos académicos, entusiastas psiconautas, buscadores serios y una variedad de chamanes indígenas y mestizos. Todo el mundo consigue un aura de legitimidad en su interacción, y los chamanes se llevan algo del —siempre necesario— dinero. Pero todo el mundo vuelve a casa, y los chamanes se quedan sin algo que su tradición necesita realmente: aprendices.
Una de las razones por las que el chamanismo está declinando entre los indios y los mestizos es porque la gente joven no quiere seguir la exigente dieta; los jóvenes shuar, por ejemplo, prefieren aprender magia leyendo libros y siguiendo sus instrucciones, en lugar de seguir la dieta restrictiva y la abstinencia sexual requeridas para convertirse en chamanes.
El futuro del chamanismo
Ninguno de los cuatro chamanes con los que el antropólogo Luis Eduardo Luna trabajó en los años 90 tiene un sucesor. Todos afirman que la gente joven no está interesada o bien eran incapaces de resistir la dieta y la abstinencia sexual necesaria para aprender de los espíritus de las plantas. Sus roles han sido arrebatados, dicen, por charlatanes que no tienen conocimiento alguno del espíritu de las plantas. Y las cosas no han cambiado mucho desde entonces.
Don Mauricio Fasabi Apuela, un chamán de Lamas en San Martín, está dispuesto a aceptar a jóvenes como aprendices del chamanismo ayahuasquero, que exige ciertos períodos de abstinencia sexual. Nadie se presentó. «No tengo discípulos aquí, sólo yo», asegura. «Al final, ellos prefieren las chicas». Por su parte, el chamán Casimiro Izurieta Cevallos lo explica de esta forma: «Los jóvenes de hoy no tienen la misma curiosidad». Mi propio maestro ayahuasquero tiene un aprendiz habitual, su hijo. Nadie de su comunidad local está trabajando en estos momentos con él o ha pedido ser su aprendiz. Los extranjeros vienen a por una única experiencia; pocos quieren aprender el camino de la ayahuasca. Pero, finaliza esperanzadoramente, «la medicina continuará».
Muchos chamanes amazónicos siguen teniendo pacientes, especialmente en las zonas rurales y más pobres, como Iquitos y Pucallpa. Pero pocos chamanes tienen aprendices hoy en día. Sin estudiantes no hay futuro, tal y como lo resumió un chamán. Y, para entonces, una gran belleza y poder se habrán ido para siempre.
Artículo original de Stephan Beyer en Singing to the Plants.
Foto de Christina Victoria Craft en Unsplash.