Información básica
Kambô es el nombre que se usa comúnmente en Sudamérica para referirse a las exudaciones de la piel de la Phyllomedusa bicolor, un anfibio que habita en ciertas regiones de la selva amazónica. También se conoce por la palabra «sapo». Estas secreciones de la piel se han utilizado (y actualmente se siguen utilizando) tradicionalmente como medicina para las tribus indígenas como los Katukina, Yawanahua, Cashinahua o Matses.
Según la tradición, se utiliza para provocar un proceso de depuración del cuerpo y el alma, curar de panema (un término cuya traducción se aproximaría a «mala suerte en la caza» o «tristeza»), también para dar fuerza y curar otras enfermedades.
El kambô contiene una gran cantidad de péptidos bioactivos que serán los responsables de los efectos fisiológicos. Los efectos más característicos de la aplicación de kambô son la estimulación de la actividad gastrointestinal, que puede derivar en vómitos y diarrea. También puede provocar una caída de la presión sanguínea y taquicardia. No presenta ningún tipo de efecto psicoactivo o alucinógeno. Después de una aplicación de kambô, los efectos agudos aparecen en cuestión de minutos y pueden durar hasta un rango de cinco a veinte minutos, dependiendo de la dosis empleada y del estado del individuo.
El kambô se aplica en una pequeña herida que se infligirá previamente con una ramita con la punta incandescente, que tradicionalmente se conoce con el nombre de titica (Heteropsis flexuosa). La secreción de sapo, previamente hidratada, se aplicará sobre la herida. Generalmente se aplicará en los brazos o el pecho en los hombres, o en las piernas en las mujeres. La dosis y los efectos dependerán del número de «puntos» que se apliquen.
Origen/Historia
El uso tradicional del kambô se localiza en la zona geográfica del Amazonas, donde se halla la rana Phyllomedusa bicolor. Las raíces de esta práctica se encuentran en distintas tribus del Amazonas peruano, colombiano y brasileño. Cada tribu tiene su propia historia y mitología respecto al origen de la práctica del kambô, que habitualmente implican revelaciones del conocimiento en sueños o en estados alterados inducidos por plantas.
La aplicación tradicional del kambô empieza por ir al bosque a capturar la rana. Una vez hallada, ésta se inmovilizará cuidadosamente por las patas, atándola en forma de X. La rana excreta por la piel una mucosa venenosa como mecanismo de defensa para los depredadores. La secreción se estimulará por el estrés que causa la manipulación del animal. Se recoge con una rama de bambú y se deja secar para su almacenamiento. Para las culturas indígenas, es una medicina que opera tanto en el organismo del individuo como en el reino que está más allá de lo material, o el «alma». El kambô se considera una entidad o «espíritu» que es el responsable del proceso de curación. En este contexto, la rana es tratada con máximo respeto y nunca dañada, ya que según las creencias amazónicas, el daño al animal enfadaría su espíritu, negando así sus capacidades curativas. Después del proceso de extracción, el animal se devuelve al bosque.
Los primeros registros vinieron de la mano de Constantin Tastevin, un misionero francés que observó esta práctica cuando cruzaba el río Juruá de Brasil en 1925. En la década de los 90, los trabajadores de la industria del caucho aprendieron la práctica del kambô y lo empezaron a aplicar en ellos mismos y a llevarlo a los pueblos y las ciudades de Brasil.
El conocimiento de esta práctica se ha expandido gradualmente en el mundo occidental. Hoy en día, es común encontrar ofertas de ceremonias de kambô en retiros (a veces con otras plantas medicinales), también personas que se ofrecen como practicantes, o la sustancia en sí misma anunciada en Internet.
Composición química y dosificación
La secreción de Phillomedusa bicolor tiene un alto contenido en péptidos bioactivos (cadenas cortas de aminoácidos que pueden unirse a receptores celulares en células humanas y desencadenar una reacción en el cuerpo), que serán los responsables de los efectos fisiológicos de su aplicación. Existen estudios en los que se han llevado a cabo diferentes métodos de extracción para determinar el contenido y se han evaluado los efectos individuales de los péptidos presentes en mayores cantidades.
La filocaruleína aparece en mayor concentración y parece el péptido responsable de las principales reacciones fisiológicas a la administración de kambô. Presenta una fuerte actividad sobre el músculo liso gastrointestinal, estimulando su actividad. Asimismo, produce la estimulación del flujo de líquido biliar, pancreático, gástrico y la mediación de efectos analgésicos sobre el sistema nervioso central.
La filoquinina tiene efecto hipotensivo sobre el sistema cardiovascular.
La filomedusina también presenta un fuerte efecto hipotensivo y estimula la movilidad gastrointestinal (contribuyendo a la purga), así como las glándulas lacrimales y salivales.
La sauvagina provoca una caída en la presión sanguínea debida a una vasodilatación del área vascular mesentérica y provoca una intensa taquicardia. En el sistema nervioso central parece activar el eje pituitario-adrenal, incrementando los niveles de corticosterona, catecolaminas (como la adrenalina) y glucosa en plasma.
Los péptidos opioides como ala-deltorfina y lis-dermorfina tienen una fuerte afinidad por receptores opioides (mayor que la morfina). Ésta es una de las razones por las que el efecto del veneno se atribuye generalmente a la presencia de estos péptidos, pero su concentración resulta tan limitada que parece poco probable que tengan una actividad biológica significativa en el organismo humano.
También se han detectado trazas de péptidos de la familia de la dermaseptina. Se ha descrito que tienen capacidad para inhibir el crecimiento de un amplio rango de microorganismos (protozoos, hongos, bacterias y virus), sin dañar las células de mamífero diferenciadas. Por lo que podría ser responsable de un potencial efecto antibiótico.
Como se ha mencionado previamente, la dosis se medirá por el número de puntos que se aplican. Cada punto contiene una cantidad aproximada de 10 mg de la secreción y un tamaño de unos 5 mm de diámetro. La dosis elegida va a depender del tamaño corporal, la experiencia previa con esta sustancia, y las razones de la aplicación o la tradición del practicante.
» Dosis baja: de 1 a 3 puntos.
» Dosis media: de 3 a 10 puntos.
» Dosis elevada: más de 10 puntos.
Los indios Matses del suroeste Amazónico han usado tradicionalmente el kambô como ayuda adicional en expediciones de cacería. En estos casos pueden llegar a aplicarse de 20 a 30 mg de kambô dos veces al día.
Algunos practicantes tradicionales pueden llegar hasta los cien puntos en una sola aplicación, aunque estos casos están limitados a rituales culturales y personas experimentadas. Podría ser peligroso usar una dosis tan elevada en una persona sin experiencia.
Efectos
Los principales efectos de la aplicación de kambô parecen corresponder a los péptidos presentes en mayor cantidad, afectando al sistema vascular, secreciones glandulares del sistema digestivo, actividad gastrointestinal y regulación del eje pituitario-adrenal en el sistema nervioso central.
Existen otros péptidos presentes en menor cantidad cuyos efectos son inciertos, aunque es improbable que tengan un efecto relevante en humanos debido a su limitada presencia. Aun así, esta posibilidad no se puede descartar. Una de las sugerencias que se ha planteado es que algunos de estos péptidos, actuando de manera conjunta, puedan afectar a un ligero incremento de la vasodilatación y la permeabilidad de la barrera hematoencefálica, facilitando el acceso de los componentes principales al sistema circulatorio y al sistema nervioso central.
La aplicación en una herida superficial permite la absorción subcutánea del kambô y su entrada al sistema circulatorio. En cuestión de pocos minutos, se manifestará un efecto fisiológico agudo caracterizado por un aumento de la frecuencia cardíaca (que puede llegar a las 190 ppm), una bajada en la presión sanguínea, sudor, sensación de calor, mareo y a veces náuseas y vómitos o diarreas. Se describe que la duración del efecto agudo dura unos cuantos minutos antes de desvanecerse, generalmente de unos 5 a 20 minutos. Otros efectos más variables pueden incluir una fuerte presión en la cabeza, cuello o pecho, dolor estomacal, inflamación en la garganta, visión borrosa, sequedad bucal, sensación de pesadumbre corporal (dificultad de movimiento) y también sensación de inflamación o adormecimiento de la lengua, los labios y la cara (algunos practicantes describen que en los síntomas agudos se sienten como un sapo).
Cuando terminan los efectos agudos, puede aparecer una fuerte sensación de fatiga y adormecimiento, en cuyo caso será conveniente descansar.
Previamente a la aplicación del kambô, se consume una gran cantidad de líquido, generalmente unos dos litros de agua, para ayudar con el proceso de purga.
Los efectos positivos de la aplicación del kambô se describen varias horas (unas 24 h) después que los efectos agudos se hayan desvanecido. Se describe un incremento de la sensación de fuerza, perceptividad sensorial y claridad mental, así como un refuerzo del sistema inmunitario y otros efectos subjetivos.
Estatus legal
Actualmente no hay legislación que regule el uso de kambô.
La única medida legal sobre el uso de esta sustancia, a fecha de hoy, es una prohibición por parte del gobierno brasileño de su comercialización y publicidad relacionada.
La expansión de la popularidad del kambô aviva el debate de la propiedad sobre el conocimiento terapéutico. ¿A quién le pertenece el «método»? Sus orígenes se atribuyen por lo general a los habitantes indígenas de distintas tribus del suroeste amazónico, pero las principales acusaciones y temas de debate se relacionan con aquello que llaman «biopiratería». Este concepto abarca la noción de que los recursos o las prácticas indígenas originarias en un territorio se están robando. El incremento de la disponibilidad y el interés sobre el kambô usado como práctica alternativa a la medicina occidental atrae la atención de aquéllos que quieren descubrir su potencial terapéutico, así como de otros que aprovechan la oportunidad para lucrarse con ello, careciendo del conocimiento adecuado para realizar rituales de kambô. Esto alimenta el fuego sobre el tema de la propiedad y su consecuente derecho al beneficio. Ésta es una de las principales razones por la que se tomaron medidas legales, debido a las quejas por parte de las tribus indígenas que tradicionalmente usan kambô.
Salud y reducción de riesgos
La aplicación de kambô afecta principalmente al sistema circulatorio, en cuyo caso no sería recomendada, especialmente para personas con historial clínico de problemas de presión sanguínea y corazón.
Existen algunos informes toxicológicos publicados relacionados con aplicaciones de kambô: por ejemplo, un caso de hepatitis relacionada con el uso del veneno de rana. Existe también un informe forense sobre una muerte que se dio 30 minutos después de una aplicación de kambô. En el informe se indica que la persona usaba habitualmente kambô y una reacción acumulada durante el uso continuo podría haber supuesto la causa de su muerte.
Varios accidentes relacionados con la toma de kambô se deben principalmente a la falta de información. Se han dado varios casos de hiponatremia debidos a una excesiva ingestión de agua. De 6 a 10 litros de agua consumidos en un período corto de tiempo pueden provocar una reducción drástica de la concentración de electrolitos en sangre, amenazando la estabilidad homeostática del organismo y su vida. En estos casos, las personas estaban tan abrumadas por la experiencia inducida por el kambô que intentaron detenerla bebiendo una excesiva cantidad de agua.
Actualmente, no existe ningún tipo de investigación clínica sobre el uso de kambô. Aún hay muy poca información sobre este tema que se haya registrado y su popularidad es más bien reciente. Así, los posibles beneficios no han sido aún establecidos. Los médicos que han estado relacionados con esta sustancia mantienen una postura cautelosa, postulando que es difícil predecir cómo una persona con problemas neurológicos o de corazón o cualquier otra condición podría reaccionar a la aplicación de kambô.
Prevalencia de uso
Hay poca información sobre la prevalencia de uso del kambô en los países occidentales. Aunque su utilización siempre se había asociado con algunas prácticas neochamánicas en comunidades que usan ayahuasca, nunca se había difundido ampliamente ni era demasiado conocido. Esta situación ha cambiado en los últimos cinco años, y especialmente durante 2017-2018. El kambô es ahora más conocido y popular, y existen muchos retiros neochamánicos en los que se utiliza junto con otros etnobotánicos como la ayahuasca, el rapé y el Incilius alvarius. Las cifras aún se desconocen, ya que no hay datos ni investigaciones sobre la prevalencia de uso, pero la impresión general es que el kambô se está convirtiendo en una sustancia cada vez más utilizada.
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